Las personas que me han leído desde el principio o que ya tienen tiempo leyéndome saben que no me ando con pelos en la lengua, a veces yo soy tan directa para expresar lo que siento que quizá hasta pueda resultar incómodo leerme. Pero es que éste espacio se hizo tan parte de mí que era como estar pensando en voz alta, sobre todo esos pensamientos que de pronto se vuelven tan íntimos y secretos que hacerlos públicos es casi como una revelación. Hoy después de tanto tiempo de hablar por encima de mi vida y de mis logros quiero hablarles precisamente sobre mis pensamientos, y más específicamente sobre uno de mis sueños. Mis sueños se han ido disminuyendo con el paso de los años, algunos los he cumplido, otros en menor cantidad eran tan descabellados que los he descartado por completo y otros a pesar de ser descabellados siguen expectantes, esperanzados a que los realice algún día de mi vida. Cuando era chiquita soñaba con ser cantante, recuerdo que hubo un tiempo en el que mi más anhelado sueño era cantar en un gran escenario frente a miles de personas; veía los conciertos en la televisión y al observar que algunos niños de mi edad ya eran famosos me sentía desplazada y deprimida pero me inspiraban mucho y me hacían soñar despierta; mi mamá que siempre me ha apoyado en todas mis locuras me empezó a llevar a agencias de actuación y canto porque como todas las madres estaba segura de que con mis talentos yo podría ser una estrella, pero a pesar de que cantara muy bonito y tuviera algo de presencia escénica el hecho de ser gordita siempre generó en mí mucha inseguridad y siempre me iba mal en las audiciones. El sobrepeso siempre fue un gran problema para mí, en mi casa mis primos se burlaban de mí todo el tiempo, no tratando de hacerme sentir mal a propósito como los bullies, sino sólo para divertirse y así también la mayoría de mis familiares llegaron a herirme con algún comentario sobre mi sobrepeso en alguno u otro momento sin darse cuenta, y aunque era una niña muy luchona desde pequeña y muy segura de sí misma en el exterior, en el interior siempre me sentía fea o no tan bonita como las niñas flacas y éste era un complejo que me hacía desenvolverme sólo el 80% de mi 100 en el ámbito actoral. Yo creo que por ese hecho a tan temprana edad la industria de la música dejó de llamarme la atención, en la audiciones las niñas flacas y desinhibidas siempre eran las que pasaban a los últimos filtros, independientemente de si cantaran bonito o no y solita me fui alejando de ese ambiente que no me daba una oportunidad. Ahora ya de adulta me doy cuenta de que no era un buen momento para adentrarme en ese mundo ya que cuando eres pequeñito y talentoso las compañías te pueden mangonear como les plazca y tu niñez se esfuma, ya de adulto tu puedes tomar tus propias decisiones y trabajar para conseguir los sueños que tanto anhelas, vaya, tus esperanzas no se van por la borda si un puñado de buenazos para nada te dice que cantas feo o te hace a un lado para escoger a chicas más agraciadas físicamente que tú, a estas alturas eso ya te pasa por encima, bueno al menos cuando sabes quién eres y lo que vales. La industria ya cambió, si antes era necesario que te movieras sólo ahora es un requisito, la internet ha hecho que toda esa gente que SÍ tiene talento salga a la luz y son miles de millones personas verdaderamente talentosas en el mundo ¿de miedo verdad? pero lo más padre de todo es que no se trata de una competencia, y esa es una filosofía que acabo de entender hace poco, en la vida no compites, compartes los éxitos e impulsas a los demás. La vida es tan sabia que me supo hacer a un lado del mundo de la música porque ese no era mi momento y punto. A lo mejor fue un error mío, pero con el paso de los años me aferré a la creencia de que eso no era para mí y que en realidad había nacido para ser fotógrafa o cineasta (vete a saber de donde saqué esa idea). Entonces me metí a la carrera de Lenguajes Audiovisuales, que si bien disfruto mucho, me apasiona y es lo que me paga las cuentas ahorita, NO ES LO QUE MÁS QUIERO HACER.

No por el hecho de tener fama, sino más bien porque ser famoso significa haber tenido éxito en ésta carrera. El reconocimiento de tu talento por las masas. Sueño con estar cantando frente a millones de personas y que todas ellas me escuchen y me vean, que cuando pidan una canción sea algo que yo creé y no algo que alguien más puso en mis labios. Ese es mi más grande sueño. Sé que tengo talento y sé que podría explotarlo y luchar por conseguir mi sueño. Pero ¿por qué no lo estoy haciendo? probablemente porque soy una cobarde. Me independicé, tengo cuentas, me encuentro en un trabajo que disfruto y me apasiona, en el cual sí soy profesional, vaya, es en lo que me especialicé, y además me paga las cuentas, pero ¿es lo que más quiero en la vida? no, no es lo que más quiero. Yo siempre he sido de la idea de que si quieres perfeccionar algo tan grande tienes que dedicarle todo tu tiempo, o la mayor parte de él, o sea, no puedo dedicarme a la música una vez por semana 4 horas al día. Si quiero ser cantante profesional tengo que estudiar, ensayar, practicar, componer, proponer, pensar en la música el mayor tiempo posible. Entonces llego a un punto en donde me siento exhausta de sólo pensar en todo lo que tengo que dejar y en todo lo que tengo que hacer y renuncio, renuncio a mi más grande sueño. Una y otra vez. En ese punto estoy justo ahora, en el punto de pensar qué hacer y cómo, pero hay tantas formas y tantas respuestas a tantas preguntas que me siento mareada y otra vez, exhausta. A veces me dan ganas de mandar todo a la mierda y entrar en la facultad de música, y luego me digo, no necesariamente necesitas ser profesional, puedes estudiar algún curso o buscar otra alternativa. Hay días en los que compongo y después dejo mis canciones inconclusas por el cansancio o por el trabajo o por los tiempos... siempre hay un pero o una excusa. Y es que es tan fácil vivir de una forma sencilla y cómoda, pero tan difícil si es una persona soñadora la que vive esa vida y más aún si no está cumpliendo su más grande sueño. Mi segundo gran sueño es ser flaca pero ese no tiene tanta importancia y es mucho más fácil de lograr jajajajaja.
Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer sobre mis problemas existenciales ¿ustedes qué piensan o qué harían si estuvieran en mi lugar?
Por favor compártanme su opinión.
Un abrazo.
Algunos que...por desgracia ya tenemos una edad (bueno, mejor ir cumpliendo años que si no es peor : ) pues hemos tenido que dejar por el camino algún sueño que otro. Pero tú tienes 22 años así que todavía no tienes permiso para abandonar ninguno de tus sueños. Lo siento pero esa es una licencia que se otorga con unos años más ; P
ResponderEliminarLa verdad es que triunfar como cantante no es taréa sencilla pero nadie dijo que llegar a la cima lo fuese...como se suele decir "Para ser el número uno hay que ser impar"...la frase me la acabo de inventar pero puede valer XDDD, así que a por ello Nana. Fuerte abrazo
Vaya Javi no sé por qué razón pero voy apenas leyendo éste comentario, muchas gracias por las buenas vibras y sii, no dejo mis sueños jamás nunca de los nunca les doy mucha batalla!!!!
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